top of page
Captura de pantalla 2025-11-18 a la(s) 2.33.03 p. m..png

Mariale Ariceta 

Especialista en procesos sostenibles

¿Qué visión tenés sobre la ciudad del futuro? ¿Cómo te gustaría que sea?

Todas las ciudades tienen por común ser asentamientos de una cantidad de población humana que continuamente deja sus huellas arqueológicas y su rastro de acciones cotidianas. Ese gran espacio “ciudad” común, que cumple o no, con sus funciones, construye sus reglas, sus interacciones propias de su época, intercambia recursos, mueve bienes, dá servicios que se materializan en actividades vivas de continua transformación.

El futuro está lleno de pasado. Sea material o inmaterialmente hablando, el legado consciente o inconsciente se refleja en el espacio, en la cultura, en la definición de muchos aspectos que hacen a la ciudad.

Siempre me pregunto cuándo es el futuro.

 

Soy insensatamente optimista en una reflexión cotidiana que vivo con evidente alerta: escasez de recursos, creciente contaminación, desigualdad de acceso, vulnerabilidad de derechos, destrucción de patrimonio. El optimismo parte en la creencia de la cultura y la reflexión - herramientas que intento continuamente potenciar- como oportunidades de las personas de ser parte activa de los cambios necesarios para un bienestar colectivo.

 

Ambiciono que la ciudad se defina de espacios abiertos, de espacios que incluyan y regeneren su naturaleza, su fauna y flora, que renueven su aire y agua (dos básicos elementos de vida que damos por sentado y en la ciudad continuamente estresamos). Que sean las ciudades ámbitos de comunidad, que permitan diversas convivencias

de intercambio generacional, de diversidad y diversión. Que sean trasnsitables, de infraestructuras bellas y sensibles que potencien la experiencia de vida.

 

 

¿Qué cambio cultural estás viendo en personas y organizaciones para una integración ecosistémica y en cuanto a la resiliencia frente a cambios y tensiones?

 

Intento ser actívamente partícipe de los cambios culturales que se requieren. Así, en un principio de siglo conminado por la crisis económica y la percepción de ciudad gris de pocas oportunidades, potenciar la cultura juvenil artística y creativa fue la base para expresar una nueva visión de una ciudad activa y vibrante.

 

Hoy frente a la urgencia de una revisión etoecológica entiendo que vamos aún muy lento en una ambición que debe acelerarse con prácticas y comportamientos concretos que exigen hacer las cosas de otra manera: diseñar sin contaminación, regenerar lo dañado y crear sistemas para la renovación y un uso más eficiente de las energías y los recursos.

 

La resiliencia está en la base humana, adaptándose continuamente a las demandas de sus contextos. Pero este desafío actual, muchas veces invisible, promete llegar con espasmos cada día más exigentes. Si bien se ven paulatinamente movimientos, e incluso políticas en esa línea, el cambio sistémico debe acelerarse y consolidarse.

 

 

¿Qué importancia tiene lo anterior en un momento en que es inminente un cambio de sistema productivo, escasez de recursos, crisis climática? ¿Qué otros aspectos te parecen relevantes frente a este escenario?

 

La cultura, siendo ésta el cultivo rutinario de hábitos y creencias, se materializa en cuánto se define a sí misma en el hacer de una construcción colectiva de “buenas o malas” prácticas. Es entonces en ésta que debemos intentar construir nuevas definiciones o paradigmas de impactos positivos para las personas y sus entornos dentro de los límites de nuestra existencia y recursos planetarios. Es de relevancia poner nuestras disciplinas, pensamiento y acción en consecuencia a los desafíos que se presentan. La invitación a visibilizar estos escenarios y ejercitar nuestro poder humano hacia propuestas de cambio de mejora continua, activa y sostenible deben ser actividad de todas las personas y organizaciones que busquemos sobrevivir buscando un bienestar común.

 

 

¿Qué rol ocupa en todo esto lo colaborativo-coparticipativo? 

 

Bien dice un dicho que si quieres ir rápido puedes ir sola, pero si quieres ir lejos debes ir en grupo. Si bien la actualidad requiere reflexiones y acciones ágiles y urgentes, también la sostenibilidad -  el largo aliento -  es lo que nos debe ocupar en una actividad que es continuamente cortoplacista y un tanto ególatra.

 

La ciudad de base es comunidad. La comunidad es creación colectiva, por lo que la participación es clave para soluciones inclusivas, que perduren para el bienestar de las personas y sus entornos. La colaboración y la multiplicidad de miradas además da nuevas perspectivas, amplifica las posibilidades, valida los caminos.

 

 

¿Que implica el concepto de suprareciclaje en el ámbito local? ¿Cómo lo ves de acá a unos años? ¿Cómo te parece va a ir evolucionando ?

 

Si bien el reciclaje o el suprareciclaje (que intenta dar más valor al material utilizado) son métodos para mantener un mayor ciclo de vida de los materiales, debemos recordar estrategias más eficientes para la sosteniblidad. Por jerarquía recordar al consumo responsable y la reducción de usos innecesarios o de bajo valor, luego a la reutilización de productos o recursos en su concepción original (sin degradación ni grandes reprocesamientos) disponibilizados para mayor uso y acceso, siguiéndole la reparación de productos y partes para más ciclos de vida, entre otras varias estrategias de sostenibilidad.

 

Las industrias de reciclaje requieren de volúmenes grandes y homogéneos, procesos muchas veces difíciles en un Uruguay de baja y disgregada demografía. No en todos los materiales es fácil imaginar una pareja y continua evolución. De todas formas existen cada día más políticas, reglamentaciones, incentivos y demandas en varios frentes que creo lograrán mejorar las prácticas y viabilidad de recuperación de valor de productos y materiales.

 

 

¿Qué aporte tiene o podría tener ciudadN en cuanto a estos temas? / ¿Qué aporte te parece podría tener ciudadN para la ciudad del futuro?

 

La reflexión, la imaginación y la creatividad son los pilares fundamentales de cualquier cambio necesario, son la base del aprendizaje y la evolución. Veo en CiudadN esos principios como parte de su adn, si bien pueden reforzarse explicitando algunas de estas miradas y/o desafíos estructurales.

 

El ejercicio de CiudadN puede ser sin duda un agente para nuevos imaginarios, comportamientos, diseños y construcciones en base a resiliencia, eficiencia, sostenibilidad, inclusión, colaboración como los condimentos de la innovación necesaria para nuestras ciudades como los entornos de experiencias y vivencias del presente y del futuro.

 

CiudadN puede invitar a imaginar una nueva forma de habitar en el espacio y tiempo. Crear y representar historias. Potenciar interacciones. Sistematizar aprendizajes. Pensar la ciudad no como algo establecido y coercitivo, si no por el contrario, como espacios de potencialidad y apertura, como espacios de regeneración y sistemas sanos, así como entornos de circulación de bienestar.

bottom of page